lunes, 19 de abril de 2010

La Hostería Real de Zamora (Hotel-Museo, 3***)

En la antigua capital
de la Infanta Doña Urraca
próximo al gran Duero, destaca
la Hostería Real.

Cerca del puente de piedra
que cruza el tranquilo río,
en un lugar que fue de albedrío
donde crece la grama y la hiedra.

Nos viste el hermoso puente romano
bastión que sirvió en su día,
desde el cual se defendía
la vida del azaroso zamorano.

Sobre la antigua muralla
se construyó un caserón,
que es de Zamora un blasón
por su lejana ya historia.

Residencia de un judío
con vínculos a Pizarro.
Capitán bizarro,
que hasta en Perú fue temido.

En el Siglo dieciseis
se edificó esta morada
como una obra sagrada
y residencia después.

Fue mansión residencial
del Conde de Peñaflor.
Derrama quietud y amor
su antiguo patio claustral.

Este famoso edificio
de rústica vetustez,
se empleo más de una vez
en centro del Santo Oficio.

Más conocido en la historia
por la Santa Inquisición,
azote de la nación,
si no nos falla la memoria.

En él se martirizaba
sin clemencia, ni piedad,
con villana frialdad
por orden de Torquemada.

Histórica es su fachada,
en piedra de sillería,
ilusión que fue en su día
de esta obra zamorana.

Hoy es una apacible parador...
una hermosa Hostería...
que a ninguna envidiaría
de la Comarca, la flor.

Destaca por su cocina
de un estilo castellano.
Buen cocido zamorano
que es del comensal envidia.

Agradable es la sorpresa
de ese exquisito manjar
delicioso al paladar,
la trucha sanabresa.

Y esos famosos pimientos
hechos a la toresana.
Ensalada zamorana
con la que estarán contentos.

Si son buenos comensales,
loes recomendamos después
un chuletón sanabrés
de sabores especiales.

Sus postres son tan variados
que dudarán al pedir,
pues tienen dónde elegir,
frutas variadas y helados.

Y ese vino zamorano,
o de Toro, que es igual...
orgullo de nuestro Hostal
pues ambos se dan la mano.

Llevarán gratos recuerdos
de este histórico recinto,
el sabor de un vino tinto
y la atención de sus amigos.

Transeúnte o forastero,
si en Zamora vas a estar...
no deje de visitar
el Hostal que mira al Río Duero.

Seguro que al partir
una sensación sentimental
se llevará de nuestro hogar
que les invitará a regresar...

Una y otra vez...

1 comentario:

YANI dijo...

WAOOO es muy agradable haberlo leido...
espectacular tu cuaderno amigo Oscar :)